Debido a la crisis ambiental en la que estamos inmersos, la recuperación de las aguas en una responsabilidad que las empresas e industrias deben asumir. Si se realiza un tratamiento de las aguas residuales antes de volcarlas nuevamente en la naturaleza, se minimizan los daños en el medioambiente y las consecuencias que pueden tener en la salud.
Una planta depuradora es una instalación donde el agua residual que proviene de las industrias se somete a un proceso en el que se combinan diversos tratamientos físicos, químicos y/o biológicos. De esta forma, se eliminan, en primer lugar, las materias en suspensión; luego, las sustancias coloidales; y, finalmente, las sustancias disueltas. Estos tratamientos de depuración permiten mejorar el agua de salida, para que cumpla con las normas nacionales y provinciales de calidad de agua de vuelco. De esta manera, el medioambiente puede recibir el agua y terminar de depurarla sin riesgos para la salud humana o para los ecosistemas.
¿Qué conseguimos depurando el agua residual?
- Reducción del impacto ambiental y sanitario por el vertido de agua sin tratar
- Control de enfermedades hídricas y prevención sanitaria
- Recuperación de fauna y flora de los ríos
- Mejora de la calidad del agua para las personas que la utilizan en actividades de pesca, agricultura, turismo, deportes náuticos, etc.
¿Por qué es importante instalar una depuradora en las industrias?
El agua es un recurso limitado; si queremos que continúe siendo útil, debemos recuperar el agua antes de devolverla al medioambiente: por eso es fundamental que las industrias cuenten con una planta depuradora.
En Romin Ingeniería se implementan e instalan plantas depuradoras y se brinda un asesoramiento especializado durante todo el proceso, para asegurar el buen funcionamiento de los equipos.
Contenido producido originalmente por FastForward Concepts para Ingeniería Romin.