El monóxido de carbono (CO) es producido a partir de la combustión incompleta de gas natural u otros productos que contengan carbono, y puede matar en cuestión de minutos. Es un gas invisible, insípido, inodoro y no irritante; por eso, es conocido como el “asesino silencioso”. Impide que el cuerpo reciba oxígeno, lo que produce pérdida de conciencia, daño cerebral y muerte.
Los síntomas de la inhalación de monóxido de carbono varían según la persona afectada, pero los sectores de riesgo como los niños, ancianos, embarazadas y fumadores pueden sufrir un daño mayor. Por lo general, los malestares son los siguientes:
- Problemas respiratorios.
- Dolor en el pecho.
- Confusión.
- Convulsiones.
- Mareo.
- Somnolencia.
- Desmayo.
- Fatiga.
- Malestar y debilidad general.
- Dolor de cabeza.
- Hiperactividad.
- Deterioro del juicio.
- Irritabilidad.
- Presión arterial baja.
- Debilidad muscular.
- Latidos cardíacos anormales o rápidos.
- Shock.
- Náuseas y vómitos.
- Pérdida del conocimiento.
Como ya sabemos, es mejor prevenir que curar. Por eso, es muy importante impedir la inhalación de este gas, se debe revisar y mantener adecuadamente el equipo de combustión.
En Ingeniería Romin contamos con la mejor herramienta para evitar este riesgo: los detectores de monóxido de carbono. Poseen dos sensores: uno para CO y otro para gas combustible. Además, es de fácil instalación y tiene baterías que se accionan automáticamente si se produce un corte imprevisto de energía. También alertan al usuario de la presencia del gas mediante una pequeña pantalla de cristal (donde se registran los datos de detección) y una alarma. Dejá lo importante en manos de especialistas ¡Contactanos!
Contenido producido originalmente por Sabio Marketing para Pymes, para Ingeniería Romin.