La calidad del agua nunca es tan determinante como cuando la utilizamos para el riego: en ese caso, impacta directamente en los suelos y, consecuentemente, en los cultivos que vamos a obtener de ellos.
Los dos problemas más importantes que enfrentamos son la salinización y la sodificación del suelo: ambos procesos son consecuencia del aporte de sales durante el riego y del aumento de la concentración de la solución en el suelo cuando el agua es absorbida por el cultivo y ocurre evaporación desde la superficie.
Algunos de los problemas que se pueden generar en los suelos por la salinización y la sodificación son la formación de una costra superficial, que dificulta la germinación y la emergencia del cultivo, y el exceso de sodio de intercambio, que origina un deterioro de la estructura, con reducción de la permeabilidad.
En este sentido, es importante realizar tratamientos en el agua que sean específicos para esta problemática. A través de los procedimientos de ósmosis inversa, se puede lograr una calidad de agua de riego que no genere inconvenientes en los suelos. Cada tratamiento dependerá del tipo de agua a tratar y del cultivo a regar.
En Ingeniería Romin somos especialistas en el diseño estratégico de tratamientos para el agua, sobre la base de las necesidades específicas de cada uno de nuestros clientes y de los resultados del análisis de agua. Ofrecemos servicios capaces de satisfacer las más altas demandas respondiendo a las exigencias que el medio impone.
Contenido producido originalmente por Sabio Marketing para Pymes, para Ingeniería Romin.