La desinfección del agua es un proceso sumamente importante para las industrias. En el pasado, existía un solo producto capaz de darnos ese resultado: el cloro. Afortunadamente, en la actualidad contamos con otra alternativa que nos brinda el mismo resultado, con la ventaja de que no posee el olor y el sabor característicos del cloro: el ozono.
El ozono no puede ser almacenado ni transportado como otros gases industriales, porque rápidamente se reconvierte en oxígeno; por este motivo, debe ser producido en el lugar en donde será empleado. De allí surge una necesidad que fue cubierta por los generadores de ozono, capaces de producir este gas artificialmente.
La generación de ozono tiene diversas aplicaciones: eliminación de malos olores y desinfección del aire, tratamiento y purificación de aguas, y electromedicina (ozonoterapia). En el tratamiento de las aguas, el ozono descompone los organismos vivos sin dejar residuos químicos que puedan afectar la salud de las personas o el sabor del agua.
Los generadores de ozono están formados por un tubo dieléctrico por el que se hace pasar oxígeno; este recibe una descarga eléctrica constante, generada en un transformador. Este hecho provoca la transformación de la molécula de oxígeno proveniente del aire en una molécula de ozono. Finalmente, este gas es succionado por un sistema venturi y es mezclado con el agua que va a ser tratada.
En Ingeniería Romin somos especialistas en el diseño estratégico de tratamientos para el agua, sobre la base de las necesidades específicas de cada uno de nuestros clientes y de los resultados del análisis de agua. Ofrecemos servicios capaces de satisfacer las más altas demandas respondiendo a las exigencias que el medio impone.
Contenido producido originalmente por Sabio Marketing para Pymes, para Ingeniería Romin.