El ozono se utiliza, entre otras cosas, para la desinfección de agua, ya que descompone a los organismos vivos sin dejar residuos químicos que puedan afectar la salud o el sabor del agua.
Aunque no todo el mundo lo sabe, el ozono tiene una gran eficacia como biocida, debido a su poder oxidante. Y es común su uso para la eliminación de todo tipo de contaminación química. Tanto para agua como para aire. Esta composición fuertemente oxidante del ozono lo convierte en una herramienta de especial utilidad en la industria agroaimentaria (por su alta eficacia en la eliminación de microorganismos). Además, se suma la ventaja de su nula residualidad: se descompone en O2 y Co2, sin dejar subproductos tóxicos.
Beneficios de desinfectar con ozono
El ozono tiene una acción muy rápida a bajas concentraciones, y es muy eficaz en la eliminación de hongos, bacterias, virus, y en la degradación de compuestos químicos y de los responsables de los malos olores. Por lo que un importante beneficio de la desinfección con ozono es la desodorización. Además, se descompone muy rápidamente, por lo que no deja residual.
¿Cómo desinfecta el ozono?
El ozono comparte los electrones entre tres átomos, en lugar de entre dos, por lo que la molécula resultante es muy inestable y tiende a captar electrones de cualquier compuesto que se le aproxime para recuperar su estabilidad. Al captar electrones de otras moléculas, oxidándolas, las desestabiliza hasta el punto de destruirlas. De ahí su gran poder biocida, de desodorización y de destrucción de compuestos químicos.
¿Cómo desinfecta el agua?
El uso del ozono para el tratamiento del agua está regulado por la Norma UNE-EN 1278. Este se utiliza en el tratamiento del agua para la desinfección, la mejora de la calidad del agua, la eliminación del hierro y el manganeso, la eliminación del color, la oxidación avanzada de contaminantes persistentes, y como reactivo para favorecer la coagulación.
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